viernes, 4 de abril de 2008

Te Amo - Fan fiction

Disclaimer: No conozco ni me pertenece The Rasmus. Todos los sucesos descriptos en esta historia NO son reales, ni han sucedido ni sucederan. Copyright y derechos de autoria reservados.

Resumen: "Son como dos aves volando por el mismo cielo, compartiendo las alas juntos en un mismo vuelo." dijo Lauri.


Minä Rakastan Sinua - I love you - Across the sky


Se peinaba su larga cabellera castaña una y otra vez, de pie frente al espejo de la esquina de nuestra habitación. Los membretes de hierro forjado enmarcaban su bello rostro de piel pálida que me miraba a través del reflejo. Yo seguía preguntándome si de verdad creía en el amor a primera vista. Simplemente era eso lo que nos había pasado.

Nos conocimos en una fiesta de gala. Ella bailaba alegremente con su grupo de amigos. Llevaba con gracia y altura un vestido azul que resaltaba el color de sus ojos. Por mi parte, estaba acodado a la barra con mis amigos de toda la vida, con quienes compartí los mejores momentos de mi vida en la música y en el escenario del rock. Fue entonces cuando nuestras miradas se cruzaron. Sentí que me ahogaba en la calidez que emanaba, su sonrisa logro vencer los escudos de mi sensibilidad. Al momento que decidir dar un paso hacia a ella, se dio vuelta y continuó charlando con sus amigos.
-Es ella. Es con ella con quien me voy a casar.- le dije a Lauri en ese mismo momento, quien solo se rió y me dio unas palmadas en la espalda. De alguna manera era la común opinión de los que me rodeaban el hecho de pensar que no era capaz de enfrentar tal compromiso.
-Vas a pasar el resto de tus días de una rubia a otras.- dijo más tarde aun más honestamente influenciado por el alcohol que había tomado.
Ella seguía bailando como si las horas no hubieran pasado. De tanto en tanto nos buscábamos mutuamente hasta encontrarnos y sonreír. Me acerque y le invite un trago. No llegamos a tocarnos, simplemente le susurre al oído. Ella se dio vuelta para mirarme y asentir en silencio. Era todo lo que necesitaba para saber que estábamos hechos el uno para el otro.

Ahí estaba tiempo después, casado, portando orgullosamente la alianza en el dedo correspondiente ya fusionado con mi cuerpo. Ella se acostó en la cama y me abrazo tiernamente.
-¿Está todo bien?- Le pregunte apagando la luz. Solo se limitó a sonreír. Sus suaves dedos recorrieron mi rostro. Pude sentir la tibieza de las yemas de sus dedos, la calidez de su caricia. Nos invadía una enorme felicidad. La rodee con mis brazo y nos fundimos en un profundo sueño.
Al día siguiente, recibimos la visita de Pauli, Eero y Lauri con sus respectivas parejas. Recuerdo perfectamente aquel día. Luego de almorzar nos sentamos en el living a discutir los pasos a seguir en cuanto terminaran nuestras vacaciones. Había muchas ideas y proyectos que teníamos ganas de llevar a cabo, la inspiración y la voluntad podían olerse en el ambiente.
Las mujeres entraron con el café digestivo, una costumbre que habíamos adoptado cada vez que nos juntábamos. Ana se sentó en mi regazo y me abrazo muy fuerte. Sentí que sollozaba ligeramente sobre mi hombro y comencé a preocuparme. Eero observaba desde su asiento con una sospechosa picaresca mirada.

-¿Qué pasa?- pregunté sin recibir respuesta. Sentí un escalofrío recorre la espalda de arriba a abajo, pero desapareció cuando escuche aquellas dos palabras que no esperaba y que me tomaron por total sorpresa.
-¿Que estás qué?- pregunte en un estado símil shock sosteniéndole la cara entre mis manos.
-Estoy embarazada.- repitió Ana con los ojos llorosos y un rostro embellecido por una sonrisa de oreja a oreja. No podía moverme, los músculos no tenían reacción y por un momento sentí pasar el tiempo en cámara lenta.
-Voy a ser papa.- llegue a musitar. -¡Voy a tener un hijo!- exclamé.
Salte de mi asiento con Ana en brazos, me había convertido en la persona más afortunada y feliz del mundo. Por segunda vez en mi vida me sentí completo. Tanto fue que no respondí de mis acciones. Salí corriendo al parque trasero y grite "¡Voy a ser padre!" a todo pulmón. El planeta entero debía escucharme, nada podía superar tal sentimiento.

Para cando logre tranquilizarme, Lauri quiso decir algo frente a todos y pesar de que aun seguía flotando en los aires, nunca olvidare sus palabras.
-Aki, cundo te conocí eras el tipo perfecto para salir y emborracharnos, recorrer todas las fiestas de la ciudad. Pero las cosas han cambiado en estos quince años. Crecimos, maduramos y lo hemos hecho todos juntos. Te vimos enamorarte y casarte con quien es tu alma gemela. Creo que hoy mas que nunca has escuchado a tu corazón. Ustedes piensen. Son como dos aves volando por el mismo cielo, compartiendo las alas juntos en un mismo vuelo.-

Pasaron entonces los nueve meses correspondientes y Ploma llego a este mundo. Ana le daba el pecho a nuestra pequeña, tan frágil, inocente, única. El mayor de los milagros. En cuanto termino la alce en brazos. ¡Qué cuerpo tan pequeño! Y de mi propia creación con la maravillosa ayuda de la madre naturaleza. Los brazos, y piernas regordetes, los pequeños deditos apretando fuertemente mi meñique. Su mirada me derretía a medida que la bebe entrecerraba los ojos, se dormí con el estomago contento. Tan dulce y tan hermosa como la vida misma. Perfección pura.
-Te amo.- le dije a Ana besándole la frente.
-Como dijo Lauri, tenemos alas ahora.-
-Es cierto.-
-¿Listo para volar?- preguntó.
-Ya estoy volando.-

martes, 1 de abril de 2008

Una luz en el Camino - Fan Fiction

Disclaimer: No conozco ni soy dueña de The Rasmus. TODO lo que pasa en esta historia es ficcion. NUNCA pasó, ni pasará. Derechos de originalidad y copyright reservados.

Resumen: Una triste historia con desenlace al mejor estilo Titanic. Pero igual es un romance ... con algo de fantasía, puede que si como que no. Eso depende en lo que individualmente querramos creer.


Una luz en el camino

"Nos habíamos recostado sobre el verde pasto del parque, sintiendo como el rocío caía sobre nosotros. Nada podía impedirnos tal felicidad, nos invadía un calido y mutuo amor que nos había embriagado completamente sin aviso alguno.
Todo se asemejaba a una tierna escena de cualquier historia de Shakespeare, pero aun mejor. Gire mi cabeza y vi su rostro sobre mi brazo. Dormía placidamente. Su cabello rojizo brillaba bajo la luz de la luna, la rosa roja que le había regalado estaba cuidadosamente acomodada en su cabellera. Era un ángel que el cielo me había enviado, el ángel que me convencía que junto a ella todo iba estar bien y que así iba a ser de por vida.

Esta dulce imagen se desvaneció repentinamente cuando vi el reflejo de mi rostro en las oscuras aguas del mar. Un hombre de cabello canoso y muchas arrugas me devolvía la misma mirada confusa. Me pregunté si ella estaría viendo lo mismo desde allá arriba, sentada entre las brillantes estrellas que llenaban el firmamento. ¿Cómo olvidarla? Ella era lo mejor, el amor de mi vida, la luz que me guiaba por el camino correcto, la oscuridad que me cubría y protegía en las noches, la rosa sin espinas que con su belleza me permitía sonreír día tras día.

A pesar de que recuerdo el día de nuestro primer aniversario de casados como si hubiera sido ayer, no puedo evitar pensar que pasé el resto de mi vida en soledad. Mis amigos constantemente decían que no estaba solo y yo no lo sentía. Muy dentro de mí me limitaba a repetir continuamente "Nadie está tan solo como yo ahora".
Hoy cumplo 87 años. Exactamente 60 años atrás, el amor de mi vida abandonó este gran mundo de forma tan repentina que me costo años asimilar la pérdida. No veo la hora de reencontrarme con ella y celebrar un nuevo aniversario de bodas.
Ya no estoy tan lejos de mi amor ahora. Me acomodaré en la silla, sintiendo el leve rugir del motor del bote bajo mis pies. Esperare impaciente dormir para despertar en los brazo de mi amada, como alguna vez prometimos."


Estas palabras fueron escritas por Lauri Ylonen el día que desapareció y fue encontrado ya fallecido a bordo de "Loving Roma" su yate privado. Tenía 87 años y fue hallado cerca de las cuatro de la madrugada. De acuerdo a los testigos que lo encontraron un extraño suceso se llevo a cabo, algo que nunca olvidarán y mantendrán en sus almas y corazones.

"Una luz blanca apareció así de la nada, bajaba de lo mas profundo del cielo. Una mujer de unos 25 años bajo como si fuera un ángel, o algo parecido. Ayudó a un hombre en sus 30 a levantarse y se abrazaron y besaron. Intercambiaron algunas palabras, pero no llegamos a oírlos. Momentos después ambos se desvanecieron. Cuando llegamos encontramos al pobre hombre sentado en la mecedora, con un aspecto relajado... feliz. Tenía un rosa roja y ese papel en sus manos, que estaban entrecruzadas sobre su estómago. Parecía sonreír."