domingo, 28 de septiembre de 2008

Sobre LLA

Poco a poco, modernizando.
Si leias lo que era LLA y de repente te llene de cualkier cosa
LLA esta en otro lado, y mejorado!!!

sábado, 20 de septiembre de 2008

Amor Granate - Parte 15

En el camino de la vida uno se encuentra con miles de caminos bifurcados, y para seguir adelante hay que tomar decisiones. Algunas fáciles, y otras no tanto. La dificultad se caracteriza por ser no conveniente, o porque no deja de ser parte de la evolución de una persona. Nos ayudan a afrontar riesgos y elegir que hacer o no. Podemos llegar a estar equivocados, pero ¿Qué mejor manera de aprender que de nuestros errores?

Lo más importante a tener en consideración de la vida vivida es que ninguna dificultad, ninguna piedra, ninguna mala elección debe vencernos, sino seguir caminando, por el empedrado que llamamos existencia.

Eeva y Antii pasaban eternas horas durante las noches ejercitando. Ella aprendía a grandes pasos los trucos y movimientos de las artes marciales, así como también sus nuevas habilidades. El le ayudaba a descubrir una faceta de su nueva forma de ser de manera que las cosas parecían cada vez más claras.

Cierto día, cuando habían decidido salir del predio de la mansión, Jäarki se cruzo en su camino. Lo que más les llamo la atención fueron sus lastimaduras. Jäarki era uno de los vampiros más viejos que Antii había conocido, por lo que ver que sus heridas no cicatrizaban, implico muchas preguntas.

"¿Que sucedió?" inquirió fríamente.
"Templarios." respondió tomando asiento al borde de una calle.
"¿Quienes?"
"La orden de los pobres caballeros de Cristo." Respondió casi inmutable Antii.
"Pensé que ya no existían en esta era y que las cosas no estaban bien con la Iglesia." pensó en voz alta Eeva.
"Tu no puedes opinar, calla." dijo rudamente Jäarki. "Las diversas ordenes bifurcadas se han reunido, y han estado por la zona. Es peligroso."
"Pero la orden de la cristiandad, ¿Cómo se relaciona con los celtas?" insistió.
"¡Dije que calles!"
"Es imposible que hayan regresado después de tantos años Jäarki. Solo puede significar que..."
"Es momento que empieces a moverte." interrumpió Jäarki.
"¿Qué significa todo esto Antii?" Demandó Eeva sin recibir respuesta alguna.

Amor Granate - Parte 14

Luego de una larga noche de entrenamiento, Eeva ya había aprendido las nociones básicas de las artes marciales. Las próximas semanas iban a ser de arduo trabajo, de mucho entrenamiento físico y mental. Durante el día, Antii le dejo quedarse en su mansión, en cualquier habitación que ella fuera a elegir.

Los colores, el olor a madera y humedad. Estaba fascinada con el lugar. Comenzó a correr como niña por todos lados, investigando cada cuarto, detalle por detalle. Admirando los cuadros que adornaban semejante casona e intentando adivinar las historias detrás de ellos de tal manera que había olvidado todo lo que había pasado en los últimos días.

“Esa es supuestamente la madre de Jaärki” comento Antii.
“Y quien es Jaärki?”
“Me gustaría saberlo.”
“Tengo entendido que los vampiros no pueden tener hijos.” Comentó Eeva al ver que el retrato mostraba a una señora de tez muy pálida, usaba un vestido negro y púrpura, y sonreía ampliamente mostrando sus colmillos.
“Si, pero el retrato fue hecho luego de que fuera convertida.” Aclaró Antii para luego desaparecer en la oscuridad.
“Un hijo que quiera así a su madre, que tipo raro de amor se huele aquí” Dijo para si Eeva mientras se alejaba lentamente, entonces si en búsqueda de una habitación donde dormir.

La fascinación es un sentimiento que se acaba de manera demasiado rápida, y cuando no es así, se convierte en obsesión. Y es como las adicciones, la obsesión puede tornarse peligrosa cuando llega al límite. Quizás es entonces cuando uno se da cuenta y valora tantas cosas que antes no habíamos notado, y comenzamos a apreciarlas de manera distinta. Pero ¿cual es la razón de esperar tanto para hacerlo?

Pasaron dos semanas desde el comienzo de su entrenamiento, y Eeva estaba cada vez mas alucinada con sus nuevas habilidades. Poco a poco fue retomando la confianza con su cuerpo. Su piel estaba muy suave y tersa, el color había desaparecido siendo reemplazado por una palidez muy particular. Revisando su nuevo hogar encontró algunos vestidos a los que dedico varias horas para remodelar y modernizar. A Antii parecía no molestarle, así que todos los días reformaba una nueva prenda.

“Se que no es mucho, pero esto estaba por aquí. Pensé que te gustaría.” Dijo Antii entrando a su habitación con una pequeña caja de madera.
“Gracias. No deberías.”
“Estaba tirado bajo una alfombra. Lo limpie un poco. No se de quien era” agregó. “En una hora, te veo en el parque.”

Una extraña situación de comportamiento amable que no se daba a menudo. Eeva simplemente observó de lejos la cajita que Antii dejo en la mesa hasta que por fin se decidió a abrirla. En su interior había un hermoso colgante. Era una cruz de acero, con piedras engarzadas, granate. Su piedra favorita, representa amor y constancia. Lo que no llegó a vislumbrar, por ignorancia o distracción, era el verdadero sentido de ese regalo y simplemente coloco la cadena alrededor de su cuello y siguió cosiendo.

viernes, 29 de agosto de 2008

Amor Granate - Parte 13

El sol comenzaba a asomar por sobre el horizonte del este, y ya nada podía evitar que sus rayos empaparan la habitación de tibieza y luz. Era el momento de buscar un mejor refugio. Acurrucada en una esquina, Eeva dormitaba aun temblorosa. Mientras, Antii se había dedicado a recorrer el resto de las habitaciones en busca de alguna que los mantuviera lejos del nuevo día. Lo único que encontró fue un viejo closet de roble oscuro y algunas mantas apolilladas.

Eeva aun no se quería mover de su sitio, pero si no lo hacia todo se acabaría al instante. El dolor había reemplazado la furia como quien cambia una rosa marchita por una fresca. Ya nada importaba, los rencores habían desaparecido aunque aun sentía el sabor amargo de la noche anterior. Antii había llegado, era el comienzo de algo nuevo, el perdón. Pero… ¿Existe el perdón?

Horas y minutos después, Eeva tomo suficiente coraje para decir la primera palabra. “Gracias.” Pero Antii le ignoro completamente, como si no oyera nada.
“A partir de ahora deberás olvidar toda persona que hayas conocido, ellos ya te habrán dejado en el pasado.” Dijo. “A partir de ahora vuelves a nacer, pero no significa que olvides quien fuiste.”

Eeva asintió en silencio, con un leve suspiro de alivio. No todo estaba perdido.
“Te quedaras conmigo algunas semanas hasta que puedas valerte por ti misma. Hasta entonces deberás obedecer mis ordenes y seguí paso a paso mis indicaciones.”
Mirándolo desconcertada, agacho la cabeza y murmuró un si ahogado. No tenía más opción que ceder ante semejante orden.
“Piensas que es el fin, pero no seas ignorante y egoísta, esto recién comienza.” Antii agrego con más ternura en su voz, ayudándole a levantarse del suelo. Sus penetrantes ojos marrones empapados en lágrimas invisibles y miedo le llenaron de ternura. Tenía una belleza innata que no podía dejar de admirar.

Caminaron en la noche por varias horas, hasta llegar a un gran descampado dentro de un bosque. Solo los iluminaba la luna en su cuarto creciente. Se sentaron en un tronco y mantuvieron silencio con la mirada perdida en algún punto al azar.

“¿Se sufre mas?” preguntó Eeva repentinamente.
“No. Se sufre igual.”
“Ah.”

Antii se levantó rápidamente, como para evitar futuras preguntas incomodas y busco una delgada rama seca y comenzó a dibujar en el suelo un extraño símbolo. Círculos, líneas, triángulos.

“¿Gótico?”
“No. Celta.” Corrigio Antii. “Donde veas esto, te alejas. Nunca te acerques a nadie que se identifique con este símbolo. Usualmente lo tienen tatuado en la mano izquierda. Al menos evítalo hasta que termine tu entrenamiento.”
“¿Entrenamiento?” dijo sorprendida Eeva.
“Claro. Tampoco es tan sencillo como para seducir y ya. Deberás aprender a defenderte con técnica, con armas y con tu propia inteligencia.”
“Enséñame entonces. Quiero saber lo que tu sabes.”

Amor Granate - Parte 12

Muchas veces la voz de nuestra conciencia nos lleva a hacer cosas que tienen peores consecuencias que si las hiciéramos por instinto, sin previo análisis. Antii creía que su inconciente era una persona mas dentro de el. Su alter ego. Su segunda personalidad. Creí que podía convivir eternamente con una voz que le dictara que hacer y que no. Incluso la había bautizado con el nombre de su padre, para tenerlo siempre presente en su vida. O en su muerte.
Sabiendo exactamente que lo que en el pasado le habían enseñado y negándose a creer su destino, Antii deambulaba por la vida sin rumbo alguno, pensando que eso cambiaria su futuro cuando en realidad, incluso eso ya había sido escrito.

Sin previo aviso oyó un grito ahogado de angustia y miedo. Sin pensarlo dos veces empezó a correr hacia aquel lugar. El edificio estaba abandonado, había solo una ventana iluminada por lo que parecían ser velas por la tenue luz. Trepo hasta lo alto, y entró por una claraboya rota, en completo silencio, con muchísimo cuidado poniendo especial atención a sus pasos.

La escalera bajaba en espiral, había tenido en sus mejores épocas una alfombra azul, que entonces ya estaba desgastada, sucio y roída por las hambrientas ratas. Los barandales parecían estar completos por sectores, aunque en su mayoría estaban ausentes, victimas del vandalismo. Contando piso por piso, y confiando en su olfato, llego a una habitación cerrada. La puerta parecía nueva, colocada recientemente. Se sentía en el ambiente, el olor a cera, a humo de vela. Allí era donde tenía que entrar, aunque no le agradara la idea.

Eeva yacía desmayada en el suelo, con los ojos completamente abiertos. Su rostro estaba tenso, lleno de terror, su piel era transparente y convulsionaba de a ratos. Antii supo que hacer inmediatamente, ya había visto aquella escena antes cuando salvo a su creador de una muerte inminente. Ella reacciono al sentir su presencia y aferro sus colmillos a la muñeca de su propio creador. Hambrienta, sin fuerzas.

-No tendré opción que quedarme contigo pequeña.- le dijo en un susurro. –Necesitaras ayuda.-

martes, 19 de agosto de 2008

Y ahora que hago?

He perdido la guía en mi camino
y me cuesta volverlo a encontrar.
Y ahora qué hago?

Borré la confianza en mi misma
y dudo de poder seguir siendo yo
natural, directa, libre, viva.
Ahora qué hago?

Debo cambiar.
No quiero. Soy quien soy.
Cambié furia por dolor.
Duele tanto.
Será cuestion de conciencia?
Qué hago?!

Me confunde la vida,
me distrae la distancia como obstáculo,
la soledad invade, apuñala, atosiga,
me quita el aire.

Deseo llorar hasta perder la sal de mi vida,
quiero salir del pozo en el que cai,
pero no veo la luz guia.
Estoy ciega, no tengo ya mas voz
me duele el alma, me duele hasta el corazón.

Ya no siento el aire,
no puedo respirar en este llanto ahogado.
No hay palabras que desate este nudo en mi garganta,
simplemente quiero solo una respuesta,
solo quiero saber como hacer...

Qué hago? Y ahora qué hago....

(Rummy)




No puedo dormir... no puedo dormir...

viernes, 1 de agosto de 2008

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Amor Granate - Parte 11

Solo en el norte, las auroras boreales se ven tan bellas y encantadoras como un arco iris al fondo del mar. La habitación vacía, solo una leve sombra y una figura podían vislumbrarse gélida junto a la ventana. La luna en cuarto menguante parecía desaparecer del cielo tras negras nubes de oscuro azabache. Encendió unas velas rojas en un candelabro y decidida avance a paso lento y cuidadoso. La silueta ni se inmuto ante mis pasos.

Suspiró y bajo el aliento sintió que algo mas había en aquel lugar que en parecía desierto. Hacia frío: todo temblaba bajo sus pies, pero en realidad era ella misma quien vacilaba segundo a segundo; había un extraño aroma en el ambiente, provenía de su derecha. No era normal, pero esa porción del cuarto era redondo. No era una esquina, o al menos no cumplía esa función. Allí, sobre una mesa, solo un cubo de plástico con cincuenta rosas que se meneaban de lado a lado. Fuera de él, una rosa seca. ¿Que significaba?

De repente, oyó un suspiro que sorpresivamente no había sido de ella. La sombra le miró sentada sobre una silla de pana hecha trizas, parecía flotar. La gravedad dejo de existir, lo comprobó por si misma. Volaba, se movía. Cada vez más cerca pero cada vez más lejos a la vez. Todo se desvaneció. Grita! grita! grita! Ya no tenía mas fuerzas. La oscuridad se lo trago todo.

Antii caminaba de un lado a otro, recorriendo el mismo callejón una y otra vez en busca de respuestas. Dentro de su inconsciente sabia que era a Eeva a quien buscaba, pero le costaba entender e interpretar sus sentimientos. Que un vampiro tuviera corazón es muy difícil de encontrar aunque varios libros e historias describieran a un personaje como sensible y con corazón. Si se trata de cambiar los clichés típicos de la fantasía, no era común encontrar en la vida real.

-Odio tener que ser la excepción.- Dijo Antii entre suspiros.
-Tiene que ser así, como fue escrito.-
-No me vengas con esas historias otra vez Jaärki, no estoy de humor.-
-No es ninguna historia, las profecías fueron escritas para cumplirse.- insistió
-Como digas.- respondió Antii siguiendo su camino de salida del oscuro callejón
-No me des la espalda Antii. Lo quieras o no, todo lo que hagas ya fue escrito, incluso cuando cambies de opinión.-

Maldijo entre dientes y continuó su camino en silencio, con la mente en blanco. Pero un silencioso grito de ayuda le obligó a cambiar su rumbo.

Amor Granate - Parte 10

Vivir en una zona libre de estudiantes de “cazadores” tenía sus privilegios, pero así la eternidad se tornaba aburrida. Antii necesitaba con que entretenerse, y no tener enemigos, no saber de ningún cazador en la zona, lo aburría aun más.

Había una pareja sentada al borde del arroyo. Estaban abrazados en silencio, pero algo se escuchaba en sus mentes, estaban intentando tomar una difícil solución. Y no había nada más gratificante para Antii que alguien que necesite su ayuda.

Silenciosamente, se fue acercando cada vez más a ellos, solo una ráfaga de viento lo acompañaba en su camino. El cielo estaba estrellado luego de semejante tormenta, había llegado la calma, aunque no por mucho. Antii aprovechaba el ruido de las ramas en movimiento para avanzar aun más rápido. Era una sombra más del bosque, una pequeña oleada del río, una brisa más en el aire.

La chica estaba llorando en silencio, sintiendo demasiada tristeza para una sola persona. El muchacho por su lado se limitaba a consolarla, siendo su hombro para que llore. Antii se acerco, y si preámbulo alguno, le quebró el cuello a el y a ella para luego alimentarse de sus cuerpos. No usualmente lo hacia de seres que pudieran resistirse por eso prefería la inmovilidad de un cadáver a los empujes y la resistencia de los vivos.

Tiro los cuerpos al río y camino de vuelta a la ciudad, pensando por que con Eeva había sido distinto.

viernes, 18 de julio de 2008

Amor Granate - Parte 9

En la edición de medianoche del noticiero se anunciaba nota tras nota sobre un extraño asesino en serie que desangraba a sus victimas. Nada nuevo, todo se repite en la historia. Antii resopló mientras escuchaba a la distancia las ridiculeces que los cronistas decían. Si algo había cambiado en tantos años era la forma en que la gente analizaba y opinaba. Ya no se trataba de seres que podían encontrarse en libros de ficción, ni acicalados hombres de tez pálida y grandes colmillos. La nueva moda se trataba de seres extraterrestres que venían a la tierra en busca de nuevos recursos. Chupasangres.

-Y yo que pensaba que iban a inventar algo mejor.- dijo Antii abriendo la puerta del frente de la casa, en busca de su cena.

No le interesaba bajo ningún aspecto encontrar a Eeva, la había borrado de su mente, aunque en lo muy profundo de su conciencia sentía la obligación de orientarla en su nueva vida como su antiguo mentor lo había hecho con él. Sin embargo, le faltaba voluntad para llevar a cabo tal tarea de maestro.

-No tengo la experiencia suficiente, y mi opinión en el tema no es valedera.- dijo en voz alta.
-Entonces, ¿para que lo hiciste?- dijo una voz a sus espaldas. –No lo sabes, pero sientes un alivio de pronto.- agregó.
-El alivio no es algo que tengo, ni que tendré. Esas cosas no existen para nosotros Jaärki.- Increpó sentándose en un banco de la plaza central. Se oía muy dentro del bosque cómo el agua del río corría incesante.
-Al menos debes admitir que te interesa. También tienes que aceptar tu obligación. Has logrado dar un paso enorme hacia delante al convertir a una persona, también es una responsabilidad.-
-Pero yo no pedí esto. Lo que yo tengo es para mi, para que querría yo otra carga mas?-
-Esa será una pregunta que tendrás que responder tu solo.- contestó Jaärki.

Al cabo de unos minutos de silencio, Antii se levantó y desapareció dentro de la oscuridad del tupido bosque, Jaärki quedó allí sabiendo que pronto volvería con una respuesta.

Amor Granate - Parte 8

Eeva miraba de un lado a otro, absorbiendo cada detalle en su mente cual esponja. Las gotas de lluvia caían en cámara lenta frente a sus ojos, llegando a fundirse con el agua del suelo. Cada molécula en fusión con cada molécula, simple como la naturaleza misma. Ya comenzaba a ser hora de volver a casa.

Era una casona del siglo XVIII, con una gran cantidad de habitaciones, pues anteriormente había sido un hotel para inmigrantes en la época de las grandes migraciones. Todo estaba decorado modestamente, no quedaba ningún mueble clásico de la era misma en que había sido construido el edificio. Antii de todas maneras había sabido conservar unos viejos retratos de los dueños originales, y en algunos de los cuartos quedaban alfombras y cortinados.

El sol aparentaba querer salir por entre la lluvia, eran casi las seis de la mañana y ya iba a amanecer, había tenido una larga noche, y ya era momento de descansar.
Antii era distinto a cualquier otro vampiro de nuestra época, en la que las fabulas y leyendas describían a estos seres durmiendo en grandes féretros, o en cámaras de frío. Antii había tomado la costumbre de dormir encerrado en el sótano, lo suficientemente frío y oscuro para que pudiera dormir como corresponde. Nunca le había gustado la idea de dormir dentro de una caja, y solo se conformaba con una modesta cama doble con sabanas de algodón de un raro diseño de payasos.

-Menos mal que no tendré visitas hoy.- se dijo.

Se recostó lentamente pensando en los sucesos de la noche, con miles de preguntas sin respuesta en la cabeza se durmió poco a poco, como sumiéndose en un sueño hipnótico.

Eeva, por su lado, vagaba por las calles de la ciudad sin rumbo fijo. El primer rayo de sol de la madrugada le iluminó la cara, pero al cabo de unos segundos comenzó a sentir picazón y ardor. Parecían miles de agujas pinchándole constantemente el rostro, de tal manera que tuvo que buscar algo de sombra.
Su desesperación era tal que comenzó a correr gritando desesperada por ayuda. Al doblar en una esquina, se topo con un hombre de unos sesenta años, cabello canoso y ojos marrones quien, antes de chocarse, logro agarrarla de los brazos. Tenía muy buenos reflejos gracias al deporte y actividades varias que había practicado toda su vida, pero eso a Eeva no le importaba, no lo conocía, y con eso se contentó lo suficiente como para no pensar y seguir su máximo instinto.

martes, 15 de julio de 2008

Amor Granate - Parte 7

Tumbado sobre el frío suelo arenoso, Antii miraba a Eeva sin expresión alguna en su rostro. No le había sorprendido su actitud, pues cada persona reacciona de diferente manera frente al cambio.

Ella lo había inmovilizado sosteniendo fuertemente los brazos por encima de la cabeza, le miraba con furia mezclado con deseo y confusión. El solo se limitó a observarla, esperando su próximo movimiento, paciente y expectante.

-¿No harás nada para detenerme?- inquirió Eeva.

-Es tu nuevo instinto, no es necesario que lo haga.-

Enojada y totalmente fuera de si, Eeva se levantó del suelo para alejarse en silencio. El ruido de la lluvia ya no le era especial. Percibía tantos otros sonidos, que todo resultaba tan mágico como un día de tormenta. Había olores que jamás había percibido, nuevas sensaciones que experimentaba y creía disfrutar. ¿Por que se haba perdido de tanto en toda su vida? ¿Por que de repente solo quería pegarle al hombre que le había hecho eso, pero a la vez amarlo y alabarlo por toda la eternidad?

-Solo te durara unas semanas.-

-¿Que cosa?.- pregunto Eeva.

-La confusión.- respondió Antii desapareciendo en la oscura noche dejándola sola, sentada en la entrada de un bloque de departamentos, en silencio, en soledad.

domingo, 13 de julio de 2008

Amor Granate - Parte 6

La mentira es un recurso que mal utilizado puede causar mas dolores de cabeza que soluciones plausibles. Conocer y saber mentir es una cuestión de experimentar causa y consecuencia, aprender de los errores. Quien no comete errores, no ha aprendido la gran lección que la vida da constantemente.

-Lo he decidido sin influencia ni ayuda alguna. Estaba cegado ante el deseo de ser yo mismo.-
-Ya no eres tú. Has cambiado, vete de mi vida. Ahora solo eres un extraño para mí, eres un fenómeno.-
Antii dejó de ser él mismo desde el mismo momento que fue convertido a vampiro. Alimentarse de sangre humana no era el. Vivir de noche, no era el. En que, o quien se había convertido, era su mayor duda.

-La familia ya no existe, tienes ahora una única, y somos los de tu raza.- Su mentor dijo alguna vez. –No te relacionaras con humanos, salvo a la hora de alimentarte. No entablarás relación alguna con ellos, pues será tu pena de muerte. Aléjate de quienes buscan destruirnos, o vivirás eternamente condenado.-


Allí estaba una opción de solucionar su problema de soledad, de abandono que más de treinta años estuvo buscando. Estaba en el suelo, empapada con su propia sangre y agua de lluvia, desmayada, inconciente. Tan poco le quedaba por hacer, que no le costaría absolutamente ningún esfuerzo en terminar.

Se agacho al lado de Eeva y la tomo en sus brazos contemplándola aun inseguro de lo que iba a hacer. Le quito el cabello del rostro y beso su frente murmurando un leve “Lo siento” para luego volver a su cuello y drenar lo poco que quedaba de vida.
Eeva abrió los ojos repentinamente en shock que luego se fue desvaneciendo.

-Despierta.- dijo Antii sacudiéndola suavemente. –Debes hacerlo.- Agrego mordiéndose una muñeca abriendo una pequeña herida. Eeva se aferro fuertemente de su brazo para beber esa sangre. Su gusto metálico y áspero la seducía, sentía que podría estar así por horas y horas.

-Bueno, ya es suficiente.- dijo Antii al cabo de unos momentos. - ¡Listo he dicho!
Eeva se hecho atrás y le miro fijo a los ojos, su cuerpo no respondía auque sentía que era capaz de hacer cualquier cosa. Estiró los brazos desperezándose y sonaron los huesos de su columna al llevar la cabeza de un lado a otro cerrando los ojos.

-Gracias.- dijo relamiéndose los labios con sed el remanente de sangre que allí había quedado. –Dos vidas sin alma. Al menos una será eterna.- agregó lanzándose sobre Antii arrojándolo al suelo.

Amor Granate - Parte 5

El sonido de la piel quebrajándose en su boca siempre había sido muy fuerte. Las victimas lo escuchan más que nadie y muchas veces, los recién convertidos, tienen sueños o pesadillas con ese preciso momento. Algunos lo disfrutan, otros solo quieren olvidar.
Antii no era de ninguno de ellos, el solo lo oía como cualquier otro sonido, uno más de los tantos que conocía.

Eeva no sabía lo que pasaba. Una parte de ella quería salir corriendo, escapar del dolor que estaba sintiendo, pero por otro lado quería permanecer allí, inmóvil, por siempre.
Su cuerpo se desplomo sobre el frío suelo al tiempo que una suave llovizna comenzaba a caer.


No me atrevía a mirarla, había cometido un gran error. ¿Para que condenar a una bella mujer a una eternidad de dolor, de racismo y horror? ¿Que he hecho?


Antii había comenzado a caminar de un lado a otro, sin poder decidir si terminar su trabajo, o salvarle la vida a Eeva. ¿Quien era ella? ¿Por que le importaba tanto? Su voz era lo único que conocía profundamente. Para el, lo mejor era dejarla.

-No me dejes.- alcanzó a murmurar Eeva. –Termina con tu trabajo, por favor, te lo suplico.- agregó entre lágrimas de sangre.
El vampiro que casi le había drenado toda la sangre por completo, le miro estupefacto.
-Por favor.- lloró Eeva. –Ten piedad.-
-¿Que piedad quieres? Sufrir ahora y morir no se compara con sufrir una eternidad.- se acerco amenazante y alzando la voz agrego –Muere ahora, porque no morir será tu peor decisión, pues la vida se te será cruel y eterna.-
-Pues no quiero morir. No estoy preparada.-
-¿Que piensas? ¿Que la inmortalidad te ayudara a prepararte? Quizás, pero cuando estés lista, no podrás morir.- Antii resolvió crudamente.
-No. Solo quiero vivir.-

Silencio. Lluvia. Frío extremo. Vergüenza. Temor. Tensión.

-No lo haré. Muere.-
-Tu crueldad te ha cegado completamente.- dijo Eeva en casi su último suspiro de vida. -Ninguna estaca podrá corromper tu inmortalidad.- suspiro- Pero tu soledad es una especie de muerte eterna.-
Antii le miro con desprecio, no quería oír una sola palabra más de su boca por más que adorara su voz. Sin predicción alguna, le pego una cachetada tan fuerte, que resonó por sobre el ruido de la tormenta.

-No me digas que hacer. Tú no eres nadie para ordenarme, tú no eres nadie ni para mí, ni para los demás. Solo una mujerzuela que solo quiere dar lastima.-
Eeva se sostuvo la cara con una mano en reflejo natural, pues no le había dolido. Se miro las manos, empapadas en sangre y agua, y no tuvo mas remedio que desistir, ese era su final. No tenia esperanza, no tenia fe. Ya lo había perdido todo. Otra vez.

viernes, 11 de julio de 2008

Amor Granate - Parte 4

Amor Granate IV

Con el corazón latiéndole a tantas veces por segundo, Eeva sentía que el pecho le iba a estallar. La adrenalina corría por sus venas como nunca antes, sus piernas no podían ya sostenerla en pie por lo que cayó en sus brazos. Desmayada. En silencio. En paz.

¿Era necesaria tanta premonición, por que no llevar la imaginación directamente a un hecho concluyente? Para Antii, esa era su misión, alimentarse.

-¿De donde eres Antii? Tienes piel fría, cabello suave, ojos demasiado verdes. ¿Escandinavia quizás?.- Esta pregunta lo había tomado por sorpresa totalmente. Tanto que no sabia que responder, todo su plan se vio desmoronado por unas simples palabras.

El tiempo se detuvo de repente, fue entonces cuando se dio cuenta de lo que significaba.

Con un brusco gesto, Antii se alejo de quien había pasado de ser una mujer, a ser una bomba de tiempo. Peligro a solo metros de distancia. Antii miraba el horizonte, ignorando todo arrepentimiento, como si todo le importara absolutamente nada. Así era.

-Discúlpame. No quería que te molestes.- dijo Eeva agachando la mirada y jugando con su cabello avergonzada. Pero de repente, una fuerte ráfaga de viento salado le obligo a levantar la cabeza, y se encontró con unos brillantes ojos verdes que la observaban con ardor. Antii la sostenía fuertemente por la cintura, sumergiéndose en su cuerpo con deseo y ardor.

-No me molesta, me encanta.- respondió en un susurro, su profunda voz resonaba una y otra vez, como en constante eco. Eeva se desvanecía ante su encanto y sensualidad al sentir a un hombre tan particular, la adrenalina de una aventura con un desconocido. Su perfume la drogaba lentamente, rindiéndose ante su insistencia.

Inconcientemente, mareada por toda la situación, enrarecida por tal sentimiento, tildo la cabeza a un lado dejando su cuello al descubierto.

Tentación a flor de piel, sed de sangre, miedo. ¿Miedo? Eso era nuevo. Hacia solo 38 años que no sentía temor. ¿Por que ahora?

Eeva respiraba agitada, temblaba sosteniéndose del cuello de Antii firmemente, no quería caerse, pero sus piernas no resistían. Luego, un ruido ensordecedor que solo trajo mas oscuridad.



miércoles, 9 de julio de 2008

Amor Granate - Parte 3

Amor Granate - Parte iii

Las olas del mar golpeaban fuerte en las rocas, su ruido era tan ensordecedor que Antii no escuchaba ni sus propios pensamientos. Aun así en la distancia podía percibir un dulce aroma, tentador y fresco como una mañana de verano. Giro su cabeza hacia un lado, y luego lentamente hacia el otro para desaparecer entre la salada bruma.

“Heridas, en sus ropas. Lastiman al mirar. Buscando, el consuelo a su pesar”

Una dulce voz cantaba suavemente, con dolida melancolía. Tiernas notas afinadas que llenaban sus oídos de ternura, o al menos eso quería creer. Solo le restaba observar y oír atentamente.

“Lagrimas de sangre, caen, sin cesar. Se ha ido, pero hay mas tristes historias”

Sus labios carmesí se movían ligeramente, su cuello vibraba al ritmo de sus cuerdas vocales, emitiendo dulces sonidos. ¿Era eso el paraíso? El viento del este acariciaba su rostro y bailaba junto a su largo cabello negro.

¿Cual era su nombre? ¿De donde venia? ¿Por que sentía Antii tanta curiosidad por este ser humano? A fin y al cabo, era solo un ser humano. Una mujer más entre miles en todo el mundo.

-¿Puedo hacer algo por usted?- ¡Que inocente niña! preguntando cosas que podría costarle la vida. Sin embargo, hubo algo en sus oscuros ojos que le impidió llevar a cabo cualquier acción de la que se pueda llegar a arrepentir.

-Solo sigue cantando. Tu voz es hermosa.- dijo Antii casi imperceptiblemente.

-No lo es, solo intentas complacerme.-

-No es así preciosa. Como te llamas?-

-Soy Eeva.- respondió con total soltura y simpatía.

-Antii. Un gusto.- dijo extendiendo su mano para estrechar la suave belleza de tan preciosa mujer.

Estuvieron en silencio por unos breves segundos. Eeva se había sonrojado por completo, aun así no despegaba la mirada de los ojos de su interlocutor. Se sentía atraída, totalmente débil ante sus encantos. Su largo cabello rubio le había llamado tanto la atención que ya extendía el brazo para acariciarlo, Eeva necesitaba saber que tan suave era.

Antii tenía los sentidos alterados, había un suave latido que ya había notado desde lejos, pero cada vez sonaba aun más fuerte. La sangre le llamaba desde el firme brazo de Eeva. Pero debía contenerse. ¿Debía?





Amor Granate - Parte 2

Amor Granate - Parte ii

No toda historia de vida, o muerte, de un ser inmortal es siempre igual. Cada uno de ellos experimenta el cambio de forma distinta, aunque tengan cambios en común. Usualmente, la sensación de la vida desvaneciéndose de su cuerpo, los sentidos desarrollándose al máximo, y un enorme vacío en su interior, que nadie puede describir.

El caso de Antii no se alejaba demasiado del común. Pero había algo en el que lo diferenciaba de los demás, y su creador lo sabia. Todos sabían. Excepto el.

Treinta y ocho años, trece mil seiscientos ochenta días. Millones de minutos. Cada uno contado a mano. Antii se sentía en cámara lenta. Como nunca antes. Luego de aprender lo mínimo en supervivencia, su mentor lo dejó que experimentara por si solo. Sin ayuda, sin guía. Antii y sus instintos, en soledad vagando por las calles.

-Aprenderás de cada lección que te des a ti mismo.- repetía en su mente, aun con el típico miedo de arruinarlo todo, de equivocarse y morir en el intento.

El era solo un niño, aun no conocía las maravillas de la vida, y ya se obligaba a conocer las maravillas de la muerte. La esencia del nirvana, la urgencia de alimentarse, la ignorancia del peligro. Pero, Que era el peligro? Existía? Los inmortales son eternos, son imbatibles. No es cierto?

-Lo que vivas, lo que descubras, grábalo en tu mente a fuego. No te dejes guiar por impulsos sentimentales, terminaras por matarte.-

Que significado podría Antii encontrarle a esa frase? Se había criado en una familia normal, con sus padres y sus dos hermanos, la única novia que tuvo en su vida no lo quería volver a ver desde su transformación siendo la única a la que le había confiado el secreto.

Desilusión. Rencor. Odio. Sensaciones que nunca había conocido y recién descubría con solo tres palabras.

-Aléjate de mí.- ella dijo.





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lunes, 7 de julio de 2008

Amor Granate

Amor - Granate

En el callejón todo era oscuridad. El cielo estaba cubierto de nubes negras y lo único que se percibía en el ambiente era el acido olor a sangre fresca. Su olfato se había desarrollado a través del tiempo, aunque aun no sabia si agradecerlo, o maldecir a su maestro por ello.

Antii solo paseaba de un lado a otro, sin pensar en los peligros en los que se podía ver envuelto. Simplemente caminaba, sintiendo la fresca brisa del mar en su rostro. Tantos años de soledad le habían vuelto aun más frío que de costumbre. No quería ver caras conocidas por ningún lado, no le interesaba lo que los demás pensaran, ni lo que dijeran, simplemente quería que lo dejaran hacer su vida.

- Para criticar son todos expertos, pero cuando se trata de llevar a cabo sus acciones nadie se hace cargo.- una voz le dijo en su mente.

Ya sentía estar volviéndose loco, desalmado. Al fin y al cabo, alma no tenía. Vida tampoco. Pero muy en el fondo, lo deseaba.

La historia de Antii comenzó hace nada más que 60 años atrás, cuando recién nacía. Pero su verdadera vida comenzaría 22 años después, al conocer a su maestro, a su creador, al inmortal que veneró por décadas, hasta que la verdad lo hirió tan profundo, que el rencor tomo posesión de su cuerpo, de sus acciones.

- Tendrás la misma edad por toda la eternidad.- Le dijo. –Lo hecho, hecho está. La decisión que tomaste no podrás cambiarla.-

Antii guardaba respetuoso silencio, aunque no sabia si era por confusión, o por el shock emocional y físico que estaba sintiendo. No podía pensar, le dolía el cuerpo, sentía que la vida, que todo se le iba de las manos. Pero a la vez, disfrutaba el momento, como nunca.

-Respira profundo y duerme.- escuchó. –Ya pasara. Descansa.- Y todo se volvió negro.

Pasaron diez días. Ni uno mas, ni uno menos. Diez días de reloj, de calendario. Diez días de tiempo perdido irrecuperable. Al menos, eso parecía. Pero diez días no eran nada comparado con una eternidad. Antii no lo sabía, no aun.

-Levántate, ya estas mejor. Es momento de salir.- Escucho decir a su mentor.

Era una noche de luna nueva, el cielo estaba despejado y caía una helada que enfriaba hasta los huesos. No había nadie en las calles, solo algún transeúnte que parecía pasar desapercibido ante los ojos de cualquier ser humano. Pero Antii los sentía a metros de distancia. Aun no entendía lo que le sucedía, pero tenía en claro que no era nada normal.

-La inmortalidad no solo es vivir por siempre, es aprovechar cada momento y aprender de ello. Cometerás errores, pero de cada uno de ellos, habrá una lección que nunca olvidarás.-



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sábado, 5 de julio de 2008

The One I Love

Lo que no nos sucede en años, puede que nos pase ya. En este mismo instante. Sin previo aviso. Y cuando lo hace, nos golpea tan duro, que a penas podemos reaccionar. Nos quedamos mudos. Quietos. Congelados. Solo hay una sola solucion. Hablar, actuar, decir la verdad.

Siempre te recordaremos Asa. Que descanses en paz.

En memoria de Asa, fundadora de www.therasmusforum.com

viernes, 4 de abril de 2008

Te Amo - Fan fiction

Disclaimer: No conozco ni me pertenece The Rasmus. Todos los sucesos descriptos en esta historia NO son reales, ni han sucedido ni sucederan. Copyright y derechos de autoria reservados.

Resumen: "Son como dos aves volando por el mismo cielo, compartiendo las alas juntos en un mismo vuelo." dijo Lauri.


Minä Rakastan Sinua - I love you - Across the sky


Se peinaba su larga cabellera castaña una y otra vez, de pie frente al espejo de la esquina de nuestra habitación. Los membretes de hierro forjado enmarcaban su bello rostro de piel pálida que me miraba a través del reflejo. Yo seguía preguntándome si de verdad creía en el amor a primera vista. Simplemente era eso lo que nos había pasado.

Nos conocimos en una fiesta de gala. Ella bailaba alegremente con su grupo de amigos. Llevaba con gracia y altura un vestido azul que resaltaba el color de sus ojos. Por mi parte, estaba acodado a la barra con mis amigos de toda la vida, con quienes compartí los mejores momentos de mi vida en la música y en el escenario del rock. Fue entonces cuando nuestras miradas se cruzaron. Sentí que me ahogaba en la calidez que emanaba, su sonrisa logro vencer los escudos de mi sensibilidad. Al momento que decidir dar un paso hacia a ella, se dio vuelta y continuó charlando con sus amigos.
-Es ella. Es con ella con quien me voy a casar.- le dije a Lauri en ese mismo momento, quien solo se rió y me dio unas palmadas en la espalda. De alguna manera era la común opinión de los que me rodeaban el hecho de pensar que no era capaz de enfrentar tal compromiso.
-Vas a pasar el resto de tus días de una rubia a otras.- dijo más tarde aun más honestamente influenciado por el alcohol que había tomado.
Ella seguía bailando como si las horas no hubieran pasado. De tanto en tanto nos buscábamos mutuamente hasta encontrarnos y sonreír. Me acerque y le invite un trago. No llegamos a tocarnos, simplemente le susurre al oído. Ella se dio vuelta para mirarme y asentir en silencio. Era todo lo que necesitaba para saber que estábamos hechos el uno para el otro.

Ahí estaba tiempo después, casado, portando orgullosamente la alianza en el dedo correspondiente ya fusionado con mi cuerpo. Ella se acostó en la cama y me abrazo tiernamente.
-¿Está todo bien?- Le pregunte apagando la luz. Solo se limitó a sonreír. Sus suaves dedos recorrieron mi rostro. Pude sentir la tibieza de las yemas de sus dedos, la calidez de su caricia. Nos invadía una enorme felicidad. La rodee con mis brazo y nos fundimos en un profundo sueño.
Al día siguiente, recibimos la visita de Pauli, Eero y Lauri con sus respectivas parejas. Recuerdo perfectamente aquel día. Luego de almorzar nos sentamos en el living a discutir los pasos a seguir en cuanto terminaran nuestras vacaciones. Había muchas ideas y proyectos que teníamos ganas de llevar a cabo, la inspiración y la voluntad podían olerse en el ambiente.
Las mujeres entraron con el café digestivo, una costumbre que habíamos adoptado cada vez que nos juntábamos. Ana se sentó en mi regazo y me abrazo muy fuerte. Sentí que sollozaba ligeramente sobre mi hombro y comencé a preocuparme. Eero observaba desde su asiento con una sospechosa picaresca mirada.

-¿Qué pasa?- pregunté sin recibir respuesta. Sentí un escalofrío recorre la espalda de arriba a abajo, pero desapareció cuando escuche aquellas dos palabras que no esperaba y que me tomaron por total sorpresa.
-¿Que estás qué?- pregunte en un estado símil shock sosteniéndole la cara entre mis manos.
-Estoy embarazada.- repitió Ana con los ojos llorosos y un rostro embellecido por una sonrisa de oreja a oreja. No podía moverme, los músculos no tenían reacción y por un momento sentí pasar el tiempo en cámara lenta.
-Voy a ser papa.- llegue a musitar. -¡Voy a tener un hijo!- exclamé.
Salte de mi asiento con Ana en brazos, me había convertido en la persona más afortunada y feliz del mundo. Por segunda vez en mi vida me sentí completo. Tanto fue que no respondí de mis acciones. Salí corriendo al parque trasero y grite "¡Voy a ser padre!" a todo pulmón. El planeta entero debía escucharme, nada podía superar tal sentimiento.

Para cando logre tranquilizarme, Lauri quiso decir algo frente a todos y pesar de que aun seguía flotando en los aires, nunca olvidare sus palabras.
-Aki, cundo te conocí eras el tipo perfecto para salir y emborracharnos, recorrer todas las fiestas de la ciudad. Pero las cosas han cambiado en estos quince años. Crecimos, maduramos y lo hemos hecho todos juntos. Te vimos enamorarte y casarte con quien es tu alma gemela. Creo que hoy mas que nunca has escuchado a tu corazón. Ustedes piensen. Son como dos aves volando por el mismo cielo, compartiendo las alas juntos en un mismo vuelo.-

Pasaron entonces los nueve meses correspondientes y Ploma llego a este mundo. Ana le daba el pecho a nuestra pequeña, tan frágil, inocente, única. El mayor de los milagros. En cuanto termino la alce en brazos. ¡Qué cuerpo tan pequeño! Y de mi propia creación con la maravillosa ayuda de la madre naturaleza. Los brazos, y piernas regordetes, los pequeños deditos apretando fuertemente mi meñique. Su mirada me derretía a medida que la bebe entrecerraba los ojos, se dormí con el estomago contento. Tan dulce y tan hermosa como la vida misma. Perfección pura.
-Te amo.- le dije a Ana besándole la frente.
-Como dijo Lauri, tenemos alas ahora.-
-Es cierto.-
-¿Listo para volar?- preguntó.
-Ya estoy volando.-

martes, 1 de abril de 2008

Una luz en el Camino - Fan Fiction

Disclaimer: No conozco ni soy dueña de The Rasmus. TODO lo que pasa en esta historia es ficcion. NUNCA pasó, ni pasará. Derechos de originalidad y copyright reservados.

Resumen: Una triste historia con desenlace al mejor estilo Titanic. Pero igual es un romance ... con algo de fantasía, puede que si como que no. Eso depende en lo que individualmente querramos creer.


Una luz en el camino

"Nos habíamos recostado sobre el verde pasto del parque, sintiendo como el rocío caía sobre nosotros. Nada podía impedirnos tal felicidad, nos invadía un calido y mutuo amor que nos había embriagado completamente sin aviso alguno.
Todo se asemejaba a una tierna escena de cualquier historia de Shakespeare, pero aun mejor. Gire mi cabeza y vi su rostro sobre mi brazo. Dormía placidamente. Su cabello rojizo brillaba bajo la luz de la luna, la rosa roja que le había regalado estaba cuidadosamente acomodada en su cabellera. Era un ángel que el cielo me había enviado, el ángel que me convencía que junto a ella todo iba estar bien y que así iba a ser de por vida.

Esta dulce imagen se desvaneció repentinamente cuando vi el reflejo de mi rostro en las oscuras aguas del mar. Un hombre de cabello canoso y muchas arrugas me devolvía la misma mirada confusa. Me pregunté si ella estaría viendo lo mismo desde allá arriba, sentada entre las brillantes estrellas que llenaban el firmamento. ¿Cómo olvidarla? Ella era lo mejor, el amor de mi vida, la luz que me guiaba por el camino correcto, la oscuridad que me cubría y protegía en las noches, la rosa sin espinas que con su belleza me permitía sonreír día tras día.

A pesar de que recuerdo el día de nuestro primer aniversario de casados como si hubiera sido ayer, no puedo evitar pensar que pasé el resto de mi vida en soledad. Mis amigos constantemente decían que no estaba solo y yo no lo sentía. Muy dentro de mí me limitaba a repetir continuamente "Nadie está tan solo como yo ahora".
Hoy cumplo 87 años. Exactamente 60 años atrás, el amor de mi vida abandonó este gran mundo de forma tan repentina que me costo años asimilar la pérdida. No veo la hora de reencontrarme con ella y celebrar un nuevo aniversario de bodas.
Ya no estoy tan lejos de mi amor ahora. Me acomodaré en la silla, sintiendo el leve rugir del motor del bote bajo mis pies. Esperare impaciente dormir para despertar en los brazo de mi amada, como alguna vez prometimos."


Estas palabras fueron escritas por Lauri Ylonen el día que desapareció y fue encontrado ya fallecido a bordo de "Loving Roma" su yate privado. Tenía 87 años y fue hallado cerca de las cuatro de la madrugada. De acuerdo a los testigos que lo encontraron un extraño suceso se llevo a cabo, algo que nunca olvidarán y mantendrán en sus almas y corazones.

"Una luz blanca apareció así de la nada, bajaba de lo mas profundo del cielo. Una mujer de unos 25 años bajo como si fuera un ángel, o algo parecido. Ayudó a un hombre en sus 30 a levantarse y se abrazaron y besaron. Intercambiaron algunas palabras, pero no llegamos a oírlos. Momentos después ambos se desvanecieron. Cuando llegamos encontramos al pobre hombre sentado en la mecedora, con un aspecto relajado... feliz. Tenía un rosa roja y ese papel en sus manos, que estaban entrecruzadas sobre su estómago. Parecía sonreír."

domingo, 30 de marzo de 2008

domingo, 16 de marzo de 2008

Columna Erotica - ¿Erotismo o Pornografia?

Existe una delgada línea que delimita el sexo explícito o pornografía del erotismo.

Por definición, la primera se refiere a una prostituta, y a sus actividades. Que pueden reflejarse tanto en fotografía, en literatura o cualquier tipo de arte según los medios que se usen y lo que se quiera mostrar o describir.
Por otro lado, el erotismo que proviene del Dios griego Eros se ocupa de no solo el acto físico, sino de todas sus proyecciones. Como adjetivo se aplica a la palabra anglosajona “sexy”. Canalizar ambos se complica de vez en cuando, ya que el erotismo es una cosa de belleza y estética mientras que en el otro caso es más burdo.


Hay que saber distinguir entre uno y otro. Es fácil, con solo una simple definición. Pero hay otros factores que entran en juego. Las demostraciones de cariño y amor por un lado, y las exposiciones fetichistas.

En ambos debe permanecer presente el elemento base que es el desnudo. El uso del desnudo en el campo de la imagen, (fotografía, dibujo tradicional, dibujo electrónico) debe marcar una frontera. Si hablamos de la literatura (poesía, narrativa, letras) el vocabulario nos ayuda a determinar qué queremos que el lector vea.

Dificil de ver, facil de analizar. ¿Y en la práctica?


Publicado en Deviant Art, para *Noticias.
Derechos Reservados

martes, 29 de enero de 2008

Cuando hay algo que se pierde

A cada paso que uno da en la vida, se tropieza con muchas piedras. Pierde otras en el camino, y se lleva a casas otras muchas.
Las cosas positivas de cada uno de nosotros tiene que ser un fuerte que nos permita seguir adelante aun asi, cuando hasta los mas optimistas creemos que todo termina, cuando recien comienza.
La compañia de los seres mas queridos son los pilares de una nueva etapa. Pero con qué límites? Se necesita sobreproteger? O acaso no es lo suficientemente obvio que se esta bien.
El amor despues del amor. De una hija, a una madre que de alla arriba protege y guia. Bendita seas.