domingo, 13 de julio de 2008

Amor Granate - Parte 6

La mentira es un recurso que mal utilizado puede causar mas dolores de cabeza que soluciones plausibles. Conocer y saber mentir es una cuestión de experimentar causa y consecuencia, aprender de los errores. Quien no comete errores, no ha aprendido la gran lección que la vida da constantemente.

-Lo he decidido sin influencia ni ayuda alguna. Estaba cegado ante el deseo de ser yo mismo.-
-Ya no eres tú. Has cambiado, vete de mi vida. Ahora solo eres un extraño para mí, eres un fenómeno.-
Antii dejó de ser él mismo desde el mismo momento que fue convertido a vampiro. Alimentarse de sangre humana no era el. Vivir de noche, no era el. En que, o quien se había convertido, era su mayor duda.

-La familia ya no existe, tienes ahora una única, y somos los de tu raza.- Su mentor dijo alguna vez. –No te relacionaras con humanos, salvo a la hora de alimentarte. No entablarás relación alguna con ellos, pues será tu pena de muerte. Aléjate de quienes buscan destruirnos, o vivirás eternamente condenado.-


Allí estaba una opción de solucionar su problema de soledad, de abandono que más de treinta años estuvo buscando. Estaba en el suelo, empapada con su propia sangre y agua de lluvia, desmayada, inconciente. Tan poco le quedaba por hacer, que no le costaría absolutamente ningún esfuerzo en terminar.

Se agacho al lado de Eeva y la tomo en sus brazos contemplándola aun inseguro de lo que iba a hacer. Le quito el cabello del rostro y beso su frente murmurando un leve “Lo siento” para luego volver a su cuello y drenar lo poco que quedaba de vida.
Eeva abrió los ojos repentinamente en shock que luego se fue desvaneciendo.

-Despierta.- dijo Antii sacudiéndola suavemente. –Debes hacerlo.- Agrego mordiéndose una muñeca abriendo una pequeña herida. Eeva se aferro fuertemente de su brazo para beber esa sangre. Su gusto metálico y áspero la seducía, sentía que podría estar así por horas y horas.

-Bueno, ya es suficiente.- dijo Antii al cabo de unos momentos. - ¡Listo he dicho!
Eeva se hecho atrás y le miro fijo a los ojos, su cuerpo no respondía auque sentía que era capaz de hacer cualquier cosa. Estiró los brazos desperezándose y sonaron los huesos de su columna al llevar la cabeza de un lado a otro cerrando los ojos.

-Gracias.- dijo relamiéndose los labios con sed el remanente de sangre que allí había quedado. –Dos vidas sin alma. Al menos una será eterna.- agregó lanzándose sobre Antii arrojándolo al suelo.

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