domingo, 28 de septiembre de 2008

Sobre LLA

Poco a poco, modernizando.
Si leias lo que era LLA y de repente te llene de cualkier cosa
LLA esta en otro lado, y mejorado!!!

sábado, 20 de septiembre de 2008

Amor Granate - Parte 15

En el camino de la vida uno se encuentra con miles de caminos bifurcados, y para seguir adelante hay que tomar decisiones. Algunas fáciles, y otras no tanto. La dificultad se caracteriza por ser no conveniente, o porque no deja de ser parte de la evolución de una persona. Nos ayudan a afrontar riesgos y elegir que hacer o no. Podemos llegar a estar equivocados, pero ¿Qué mejor manera de aprender que de nuestros errores?

Lo más importante a tener en consideración de la vida vivida es que ninguna dificultad, ninguna piedra, ninguna mala elección debe vencernos, sino seguir caminando, por el empedrado que llamamos existencia.

Eeva y Antii pasaban eternas horas durante las noches ejercitando. Ella aprendía a grandes pasos los trucos y movimientos de las artes marciales, así como también sus nuevas habilidades. El le ayudaba a descubrir una faceta de su nueva forma de ser de manera que las cosas parecían cada vez más claras.

Cierto día, cuando habían decidido salir del predio de la mansión, Jäarki se cruzo en su camino. Lo que más les llamo la atención fueron sus lastimaduras. Jäarki era uno de los vampiros más viejos que Antii había conocido, por lo que ver que sus heridas no cicatrizaban, implico muchas preguntas.

"¿Que sucedió?" inquirió fríamente.
"Templarios." respondió tomando asiento al borde de una calle.
"¿Quienes?"
"La orden de los pobres caballeros de Cristo." Respondió casi inmutable Antii.
"Pensé que ya no existían en esta era y que las cosas no estaban bien con la Iglesia." pensó en voz alta Eeva.
"Tu no puedes opinar, calla." dijo rudamente Jäarki. "Las diversas ordenes bifurcadas se han reunido, y han estado por la zona. Es peligroso."
"Pero la orden de la cristiandad, ¿Cómo se relaciona con los celtas?" insistió.
"¡Dije que calles!"
"Es imposible que hayan regresado después de tantos años Jäarki. Solo puede significar que..."
"Es momento que empieces a moverte." interrumpió Jäarki.
"¿Qué significa todo esto Antii?" Demandó Eeva sin recibir respuesta alguna.

Amor Granate - Parte 14

Luego de una larga noche de entrenamiento, Eeva ya había aprendido las nociones básicas de las artes marciales. Las próximas semanas iban a ser de arduo trabajo, de mucho entrenamiento físico y mental. Durante el día, Antii le dejo quedarse en su mansión, en cualquier habitación que ella fuera a elegir.

Los colores, el olor a madera y humedad. Estaba fascinada con el lugar. Comenzó a correr como niña por todos lados, investigando cada cuarto, detalle por detalle. Admirando los cuadros que adornaban semejante casona e intentando adivinar las historias detrás de ellos de tal manera que había olvidado todo lo que había pasado en los últimos días.

“Esa es supuestamente la madre de Jaärki” comento Antii.
“Y quien es Jaärki?”
“Me gustaría saberlo.”
“Tengo entendido que los vampiros no pueden tener hijos.” Comentó Eeva al ver que el retrato mostraba a una señora de tez muy pálida, usaba un vestido negro y púrpura, y sonreía ampliamente mostrando sus colmillos.
“Si, pero el retrato fue hecho luego de que fuera convertida.” Aclaró Antii para luego desaparecer en la oscuridad.
“Un hijo que quiera así a su madre, que tipo raro de amor se huele aquí” Dijo para si Eeva mientras se alejaba lentamente, entonces si en búsqueda de una habitación donde dormir.

La fascinación es un sentimiento que se acaba de manera demasiado rápida, y cuando no es así, se convierte en obsesión. Y es como las adicciones, la obsesión puede tornarse peligrosa cuando llega al límite. Quizás es entonces cuando uno se da cuenta y valora tantas cosas que antes no habíamos notado, y comenzamos a apreciarlas de manera distinta. Pero ¿cual es la razón de esperar tanto para hacerlo?

Pasaron dos semanas desde el comienzo de su entrenamiento, y Eeva estaba cada vez mas alucinada con sus nuevas habilidades. Poco a poco fue retomando la confianza con su cuerpo. Su piel estaba muy suave y tersa, el color había desaparecido siendo reemplazado por una palidez muy particular. Revisando su nuevo hogar encontró algunos vestidos a los que dedico varias horas para remodelar y modernizar. A Antii parecía no molestarle, así que todos los días reformaba una nueva prenda.

“Se que no es mucho, pero esto estaba por aquí. Pensé que te gustaría.” Dijo Antii entrando a su habitación con una pequeña caja de madera.
“Gracias. No deberías.”
“Estaba tirado bajo una alfombra. Lo limpie un poco. No se de quien era” agregó. “En una hora, te veo en el parque.”

Una extraña situación de comportamiento amable que no se daba a menudo. Eeva simplemente observó de lejos la cajita que Antii dejo en la mesa hasta que por fin se decidió a abrirla. En su interior había un hermoso colgante. Era una cruz de acero, con piedras engarzadas, granate. Su piedra favorita, representa amor y constancia. Lo que no llegó a vislumbrar, por ignorancia o distracción, era el verdadero sentido de ese regalo y simplemente coloco la cadena alrededor de su cuello y siguió cosiendo.

viernes, 29 de agosto de 2008

Amor Granate - Parte 13

El sol comenzaba a asomar por sobre el horizonte del este, y ya nada podía evitar que sus rayos empaparan la habitación de tibieza y luz. Era el momento de buscar un mejor refugio. Acurrucada en una esquina, Eeva dormitaba aun temblorosa. Mientras, Antii se había dedicado a recorrer el resto de las habitaciones en busca de alguna que los mantuviera lejos del nuevo día. Lo único que encontró fue un viejo closet de roble oscuro y algunas mantas apolilladas.

Eeva aun no se quería mover de su sitio, pero si no lo hacia todo se acabaría al instante. El dolor había reemplazado la furia como quien cambia una rosa marchita por una fresca. Ya nada importaba, los rencores habían desaparecido aunque aun sentía el sabor amargo de la noche anterior. Antii había llegado, era el comienzo de algo nuevo, el perdón. Pero… ¿Existe el perdón?

Horas y minutos después, Eeva tomo suficiente coraje para decir la primera palabra. “Gracias.” Pero Antii le ignoro completamente, como si no oyera nada.
“A partir de ahora deberás olvidar toda persona que hayas conocido, ellos ya te habrán dejado en el pasado.” Dijo. “A partir de ahora vuelves a nacer, pero no significa que olvides quien fuiste.”

Eeva asintió en silencio, con un leve suspiro de alivio. No todo estaba perdido.
“Te quedaras conmigo algunas semanas hasta que puedas valerte por ti misma. Hasta entonces deberás obedecer mis ordenes y seguí paso a paso mis indicaciones.”
Mirándolo desconcertada, agacho la cabeza y murmuró un si ahogado. No tenía más opción que ceder ante semejante orden.
“Piensas que es el fin, pero no seas ignorante y egoísta, esto recién comienza.” Antii agrego con más ternura en su voz, ayudándole a levantarse del suelo. Sus penetrantes ojos marrones empapados en lágrimas invisibles y miedo le llenaron de ternura. Tenía una belleza innata que no podía dejar de admirar.

Caminaron en la noche por varias horas, hasta llegar a un gran descampado dentro de un bosque. Solo los iluminaba la luna en su cuarto creciente. Se sentaron en un tronco y mantuvieron silencio con la mirada perdida en algún punto al azar.

“¿Se sufre mas?” preguntó Eeva repentinamente.
“No. Se sufre igual.”
“Ah.”

Antii se levantó rápidamente, como para evitar futuras preguntas incomodas y busco una delgada rama seca y comenzó a dibujar en el suelo un extraño símbolo. Círculos, líneas, triángulos.

“¿Gótico?”
“No. Celta.” Corrigio Antii. “Donde veas esto, te alejas. Nunca te acerques a nadie que se identifique con este símbolo. Usualmente lo tienen tatuado en la mano izquierda. Al menos evítalo hasta que termine tu entrenamiento.”
“¿Entrenamiento?” dijo sorprendida Eeva.
“Claro. Tampoco es tan sencillo como para seducir y ya. Deberás aprender a defenderte con técnica, con armas y con tu propia inteligencia.”
“Enséñame entonces. Quiero saber lo que tu sabes.”